Peixe

En 2012 Abbas Kiarostami dio su primer taller en España, en el que un grupo de cineastas, entre ellos Xisela Franco, tuvo la suerte de conocerlo y compartir con él diez días intensos, de charlas, rodaje y montaje, supervisados los trabajos por sus consejos. Cada alumno debía hacer en solitario una película personal, con las herramientas que tuviera a su alcance. La única norma que puso fue que la temática fuera «obreros trabajando». Después de algunas clases teóricas, les llevó a localizar en autobús a diferentes sitios, para que se conocieran mejor y eligieran una localización. Xisela eligió el Puerto de Cartagena, y pidió un marinero, Pedro, si podía salir al día siguiente antes del amanecer a pasar el día entero de pesca en su barco, y así observar y retratar su trabajo.

Antes de la llegada a Murcia, la artista desconocía que el taller sería práctico, menos mal que llevaba una cámara de fotos (Canon 7D) y una lente 24-105. Consiguió además un micro direccional. Para filmar utilizó el modo video y a pesar de las dificultades del foco de ese tipo de cámaras DSRL, agudizadas con el balanceo del mar, consiguió obtener algunas imágenes bellas que reflejaron la poética del trabajo del marinero.

La artista realizó el montaje con un portátil y Final Cut, enseñándole cada versión nueva a Kiarostami al día siguiente en el taller.

Tener la suerte de tener al maestro del cine Abbas Kiarostami sentado junto a ellos, diminutos cineastas, generoso él con su tiempo, bromeando, comentando sus pareceres sobre cada plano, detalles del montaje, por qué este plano rompe el ritmo, por qué este otro plano molesta la dinámica de color… fue una experiencia instructiva. La artista recuerda como el maestro remarcó el primer plano de esta pieza, un plano secuencia de reflejos en el mar. También valoró el momento en que la casualidad le regaló un pez Luna, dijo que lo tomara como un regalo, haciéndole recordar que el sujeto influye y provoca la realidad retratada. Un pez Luna enorme dijo el pescador Pedro aparece entre sus redes de cuando en vez; momento que sale en el cortometraje retratado, y en el que Xisela cambia el modo de representación y hace evidente la primera persona, se desliza de un documental observacional a un discurso más interactivo donde se muestra a si misma.

Pieza perteneciente a la serie «Cine migrante» de la artista, trabajos personales a caballo entre el documental experimental y el cine de museo.